Con miles de participantes, la Marcha del Orgullo LGBT+ de São Paulo abordó, por primera vez en sus 29 ediciones, la cuestión del envejecimiento de la población LGBTQIA+. El pasado domingo (22), desfilaron 17 camiones sonorizados en una Avenida Paulista completamente llena —la organización estima un público de 4 millones de personas—.

El tema fue celebrado por el activista Norivaldo Júnior, integrante del Consejo Nacional de los Derechos de las Personas Mayores, quien acompañó el evento junto a su esposo, el publicista Rodrigo Souza. El Consejo está vinculado al Ministerio de Derechos Humanos y de la Ciudadanía.

“Cuando la directiva del desfile anunció que el tema sería el envejecimiento fue una gran alegría para nosotros del consejo. La comunidad LGBT pasó por una gran pérdida durante la década de los 80, perdió muchas de sus referencias. Hoy podemos hacer o intentar hacer que esta generación tenga una vejez mejor que la mía”, dijo Norivaldo, de 62 años, casado con Rodrigo, 27 años menor que él.

“Lamentablemente tenemos una generación que llega muy conectada a las cuestiones del cuerpo y que nos devuelve al armario porque no logra vernos, como personas mayores, como parte del movimiento. De cierta forma, no aceptan que también llegarán a mis 62 años. Nos vuelven a invisibilizar, y eso hace que volvamos a vivir todo aquello que muchas veces pasamos en la juventud: ser expulsados de casa, no ser aceptados en una escuela, tener dificultades para encontrar trabajo… Cuando se llega a la vejez LGBT, volvemos a pasar por todo ese ciclo otra vez. Por eso es tan importante que este año el desfile tenga como tema el envejecimiento”, añadió.

Al ritmo de la música electrónica y el batir de abanicos, el desfile reunió a amigos y parejas de todas las edades, así como a familias, en un ambiente festivo. Uno de los primeros grupos fue el de familias de niños transgénero (“Niños y Adolescentes Trans Existen”), que desfila desde hace cuatro años en el evento. Presidenta de la organización no gubernamental Minha Criança Trans, Thamirys Nunes, de 35 años, es madre de un niño trans de 10 años y activista por los derechos de la infancia y adolescencia.

“Estamos aquí en las calles para decir que somos familias como cualquier otra. Y que siempre vamos a estar aquí luchando por nuestros niños y adolescentes trans, porque, si necesitan un futuro, ese futuro empieza con reconocimiento”, dijo.

Debutando en la fiesta, el argentino Germán Rocha, también vestido para la ocasión, desfiló con alegría. En la tercera edad, considera importante conocer São Paulo y acompañar la lucha por los derechos más allá de su Buenos Aires natal, de donde vino junto con su esposo y un amigo para participar del evento.

“Vinimos para participar en la fiesta, para demostrar que tanto en Argentina como en Brasil, y en muchos otros lugares, tenemos la misma ideología: sostener nuestros derechos y conquistas, buscar más revolución y más lucha. América Latina no será vencida”, declaró.

Crédito arquivo Nacional EBC