Un estudio sobre la maternidad en la adolescencia en Brasil, realizado por investigadores de la Universidad Federal de Pelotas (UFPel), ubicada en Río Grande del Sur, reveló que, cada año, una de cada 23 adolescentes entre 15 y 19 años se convierte en madre. Entre 2020 y 2022, más de un millón de jóvenes en ese rango de edad tuvieron hijos.
Entre las niñas de 10 a 14 años, el número superó las 49 mil. De acuerdo con la legislación, en ese grupo de edad, todo embarazo se considera resultado de violación de persona vulnerable.
Según la investigación, que calculó la tasa de fecundidad adolescente para los más de 5.500 municipios brasileños, uno de cada cinco municipios presenta tasas comparables a las de los países más pobres del mundo.
Los datos indican que la tasa nacional de fecundidad adolescente es de 43,6 nacimientos por cada mil adolescentes. El número es casi el doble del observado en países de renta media alta (24 por mil), como Brasil, y muy superior al de los países socios en el BRICS, como Rusia, India y China, grupo en el cual la tasa máxima no supera los 16,3 por mil.
De acuerdo con el epidemiólogo, investigador de la UFPel y líder del estudio, Aluísio Barros, lo esperado era que la mayoría de los municipios presentaran indicadores similares a los de países con nivel de renta comparable al de Brasil.
“Los resultados apuntan a una falla sistémica, con un 69% de los municipios brasileños presentando tasas peores de las esperadas para un país de renta media alta, siendo que uno de cada cinco (22%) tiene indicadores de fecundidad tan altos como los de países de renta baja”, dijo.
Según la investigación, la privación socioeconómica es el factor más asociado a las tasas elevadas.
“Los municipios con mayor escasez de recursos, bajos ingresos, analfabetismo e infraestructura precaria concentran las tasas más altas de fecundidad adolescente. Este hallazgo refuerza que la maternidad en la adolescencia es, fundamentalmente, el resultado de un contexto de exclusión y falta de oportunidades”, concluye el estudio.
Para Barros, los resultados muestran que Brasil está fallando en proteger a sus jóvenes y que se necesitan políticas públicas que ataquen las causas fundamentales del problema, como la pobreza, la deserción escolar, la falta de acceso a servicios y de perspectivas de futuro. “El embarazo en la adolescencia no es una elección, sino el resultado de un contexto de privación y falta de oportunidades”, subrayó.
La superintendente general de Umane (organización de la sociedad civil que promueve proyectos en el ámbito de la salud pública), Thais Junqueira, recordó que el Sistema Único de Salud (SUS) promueve diversas acciones orientadas a la salud sexual y reproductiva, como el acceso gratuito a métodos anticonceptivos y programas de educación sexual dirigidos a adolescentes, los cuales también llegan al entorno escolar y son trabajados por muchas organizaciones comunitarias.
“Las investigaciones son esenciales para comprender los múltiples desafíos que aún enfrentamos en Brasil. El hecho de que el embarazo adolescente siga representando hoy un desafío tan grande para el país requiere respuestas articuladas y mayor compromiso de diferentes sectores de la sociedad”, afirmó.
Crédito arquivo Nacional EBC
Leia Mais em: O Maringá